En el Satapatha-bráhmana (Shatapatha-bráhmana) se cuenta brevemente por primera vez la leyenda del diluvio.
Manu ya no aparece como el progenitor de la humanidad, sino como un creador que produce todos los mundos y los seres mediante su poder ascético.
Según el Bhágavata-purana (8.24.13), Matsya se le apareció al rey Manu (cuyo nombre original era Satiavrata, entonces rey de Dravida, cuando él se estaba lavando las manos en un río.
Volvió a crecer y el rey lo puso en un lago.
A veces parece más bien que un gran pez estuviera comiendo los miembros inferiores de Visnú.