Para no morir de hambre y alimentar a sus abuelos, Marimar roba algunos víveres.
Angélica empieza a mandar anónimos a Sergio diciéndole que su esposa lo engaña con Chuy, pero Sergio conoce la inocencia de Marimar y sabe que jamás lo engañaría como Angélica y Antonieta le quieren hacer creer.
Humillada y creyéndose sola en el mundo, Marimar se va del pueblo a la Ciudad de México con ayuda del Padre Porres, sin saber que allí vive Gustavo Aldama, su verdadero padre, quien ha estado buscándola durante muchos años.
Con el nombre de Bella para que Sergio jamás la encuentre, Marimar entra a trabajar como sirvienta en la mansión Aldama.
Cuando se descubre su verdadera identidad, su padre y su tía Esperanza la ayudan a estudiar para convertirla en Bella Aldama, una mujer de sociedad, culta, refinada y deseada por todos los hombres de su nuevo grupo social.