Vislumbró que la ferocidad de la pampa y su fácil riqueza podrían determinar imperfecciones políticas.
Tras su retiro de la vida política, fue columnista del diario El Progreso, fundado por Domingo Faustino Sarmiento.
Tanto fue así que en 1888 aceptó y llevó a cabo la defensa del gobernador de Córdoba, Ambrosio Olmos, en el juicio político instigado por los Juárez en su contra, aunque el resultado fue adverso.
Encargó el asunto al Ministro de Obras Públicas, Dr. Navarro Viola, quien solicitó una auditoría al Banco Hipotecario Nacional, la cual demostró que Sarmiento había vendido sus tierras sin cancelar el pago de su compra, efectuada en un remate por parte del Estado Nacional en 1887, el cual debía hacerse subdividiendo los lotes, a vender a distintos compradores y no a un único oferente.
López promovió una acusación criminal contra el coronel Sarmiento, quien enterado del asunto le envió una carta con términos intimidatorios.
Patrocinó al interventor el joven abogado Manuel Augusto Montes de Oca.
Navarro Viola contestó que tratándose de acciones o hechos privados, eran los tribunales competentes quienes debían conocer eso para ajustarse a la justicia.
Sus últimas palabras fueron: El 29 de diciembre, a la 1:07, Lucio Vicente López falleció.
La Nación publicó sobre su muerte: A su entierro en el Cementerio de la Recoleta asistieron dos mil personas.