Lobo Solitario (libro)

Lobo Solitario es una colección de 28 libros juego, escrita por Joe Dever e inicialmente ilustrada (números 1-8) por Gary Chalk.

Los libros están escritos en segunda persona y recorren las aventuras de Lobo Solitario como si el lector fuese el protagonista.

Como Lobo Solitario, el lector debe elegir sus acciones según se desarrolla la historia, con sus consecuentes repercusiones sobre el curso y final de la aventura.

Aunque los libros dejaron de publicarse en 1998, al año siguiente se estableció un archivo de libre acceso en red (Proyecto Aon), que ha ido publicando en distintos formatos (HTML, ePub y PDF) toda la serie con permiso del autor.

Por ello, ha surgido de nuevo un interés especial por Lobo Solitario, sobre todo en Italia, Francia y España, donde los libros fueron reeditados entre 2002-2006.

Poseen habilidades extraordinarias innatas y, por ello, son entrenados desde la infancia en el monasterio del Kai para defender Sommerlund frente a los esbirros de Naar.

Su reino inhóspito les permite sobrevivir en Magnamund ya que, aunque son poderosos, se debilitan en su atmósfera natural.

Obligados a permanecer en el destierro, los Señores Oscuros dirigen sus ejércitos de Drakkarim (humanos devotos de Naar), Giaks (humanoides creados en gran número), y otras criaturas detestables como los Vordaks (muertos vivientes con poderes psíquicos) y los Helgasts (muertos vivientes que pueden cambiar su apariencia a voluntad).

Por ello, cambia su nombre por el de Lobo Solitario y se dirige a la capital para informar al rey del ataque.

La cuarta etapa, La Nueva Orden, nos presenta a un nuevo protagonista, Halcón Negro o Falco Nero, un Gran Maestro de la Segunda Orden del Kai y discípulo de Lobo Solitario, que ahora es Maestro Supremo.

Posteriormente se ha publicado una versión para Android, para PC (a través de Steam) y para PlayStation 4.

La dificultad desigual para completar las aventuras, con batallas muy fáciles o difíciles, que se atribuía a la adquisición de la Espada del Sol (Sommerswerd) en el segundo libro.

Ello influía sobre el hecho de que los libros se podían jugar como un conjunto o por separado.

Algunas historias estaban demasiado dirigidas, con un desarrollo argumental lineal, obligando al lector a resolver los problemas en un único sentido.