Muchos sitios aplican restricciones en el tamaño del video, duración, formato, entre otros.
La mayoría de los servidores no aceptan videos pornográficos; sin embargo, hay contenido que logra ser subido pero con advertencias o bloqueos.
Muchas de estas empresas también ofrecen su propio sitio web para compartir videos generados por los usuarios, tanto con fines comerciales como para mostrar su plataforma.
Algunas de estas aplicaciones simplemente permiten al usuario recortar un video en un clip más pequeño.
Otros servicios han invertido mucho tiempo y esfuerzo en replicar la misma funcionalidad que anteriormente solo estaba disponible a través de Windows Movie Maker, iMovie y otras aplicaciones del lado del cliente que se ejecutan fuera de una página web.