Ley de Enfiteusis

A su vez, intentaba preservar el principio de favorecer la colonización y la agricultura en detrimento de la ganadería ya que el canon a pagar por el uso agrícola era del 4% mientras que el uso ganadero se estableció en 8%.Sin embargo el Congreso, que contaba con una fuerte presencia de hacendados y futuros enfiteutas, rechazó poner un límite máximo a la concesión de tierras así como el monto del canon a pagar y la concesión se extendió de los 10 años previstos inicialmente a los 20 años.En los primeros diez años, el que las reciba en esta forma, pagará al Tesoro Público la renta o canon correspondiente a un 8% anual sobre el valor que se considere a dichas tierras, si son de pastoreo, o a un 4% si son de pan llevar.El canon correspondiente al primer año, se satisfará por mitad en los dos años siguientes.Los períodos en que ha de entregarse el canon establecido, serán acordados por el Gobierno.[1]​ Muchos de los diputados del año 1826 serían futuros enfiteutas como Tomás y Nicolás Anchorena, primos del también terrateniente Juan Manuel de Rosas, Whight, Senillosa, Viamonte, Lezica, Díaz Vélez, Dorrego, Helguera, entre otros.[4]​ El primer traspaso mediante ventas se llevó a cabo por la ley de marzo de 1836, que autorizó al gobierno bonaerense a vender las tierras enfitéuticas y otras públicas.En mayo de 1838 en los territorios más alejados de la provincia se renovaron los contratos enfitéuticos por otros diez años, duplicando el canon, pues serían vendidos los campos que se encontraban en las áreas más protegidas.Durante el período 1836-1843 se vendieron unas 3.400.000 hectáreas a 271 personas o sociedades; la gran mayoría de los adquirentes fueron enfiteutas.
Bernardino Rivadavia, primer Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, entre 1826 y 1827.