Posteriormente, Trager y Whorf (1937) dieron una lista de 102 posibles cognados, aunque la revisión de Newman (1954) consideró esas pruebas como prometedoras pero no concluyentes.
[1] Miller (1959), uno de los principales contribuidores a la reconstrucción del proto-utoazteca encontró problemas en la lista de Trager y Whorff.
Davis (1989) demostró que las coincidencias de la lista de Trager y Whorf se reducían básicamente a una sola sílaba, y consideró como posibles cognados solo 52 de los términos.
Las pruebas a favor de esta hipótesis son pequeñas, y no se han establecido correspondencias fonéticas regulares extensivas que permitan una aplicación sistemática del método comparativo y hasta el momento las similitudes encontradas son limitadas.
La siguiente tabla muestra algunas similitudes superficiales entre el proto-kiowa-tano y el proto-uto-azteca:[2][3][4] Algunos ejemplos de formas léxicas comparadas en kiowa, en tewa[5] y en proto-utoazteca.