Las Chiapanecas es una melodía tradicional de Chiapas es casi su segundo himno, originalmente era solo la melodía y fue compuesta por el músico chiapacorceño, Bulmaro López Fernández (1878- 1960).
[1] Posteriormente el músico, compositor y director de orquesta.
Juan Arozamena (1899-1926), nacido en la ciudad de México, la interpretaría y le agregaría la letra, por todos conocida y que incluso interpretaría Nat King Cole.
[2] Fue tanto el éxito de “Las Chiapanecas” que fue incluida en las películas mexicanas: “La Mujer sin Lágrimas”, que interpretaron Libertad Lamarque, Marga López y Ernesto Alonso; y “La Novia del Mar”.
En 1942, la bella, sensual y famosa bailarina venezolana Conchita Ramírez (Nana), después de su exitosa presentación en los teatros de Broadway (Nueva York), decide hacer una intensa gira por Alaska: Islandia, Terranova, las Aleutianas y Dutch Harbor.
La escultural morenaza, reina del trópico sudamericano, bailó en toda su gira música afrocubana y, particularmente, rumba, conga y “Las Chiapanecas”.
Tiempo después, la gran Orquesta Filarmónica de Londres, Inglaterra, dirigida por Luis Cobos, graba un disco donde incluye “Las Chiapanecas”.
Existe la polémica sobre de la autoría de esta melodía, cronistas de Tuxtla Gutiérrez apoyan la autoría de Juan Arozamena, pero lo más probable es que el señor Bulmaro López Fernández haya compuesto la melodía, debido a los documentos históricos que existen a ya la antigüedad de los mismos, los cuales están certificados ante notario de la época y se encuentran expuestas al público en la sala Librado Bulmaro López Fernández del Exconvento Santo Domingo de Guzmán en Chiapa de Corzo, Chiapas.
Aunque sin la difusión del señor Juan Arozamena la melodía no se hubiera dado a conocer de manera masiva y volverse tan popular, además de agregarle la coreografía tan conocida, por lo que sin el talento de ambos destacados músicos, la melodía no estaría completa.
En 1940 Mercedes Leal Velasco, de Laredo, Tamaulipas, le compuso otra letra a “Las Chiapanecas”, misma que se tocaba en marimba en los bailables escolares.
Los característicos aplausos con los que el público acompaña la melodía, se agregaron más tarde.
Y si un mocito se acerca a mí