[1] Para este segundo disco, León ya tenía su propia banda de apoyo –los “Caballos Cansados” Rodolfo Gorosito, Rubén Batán y Vicente Buzzo–, una línea lírica muy marcada por su admiración hacia Bob Dylan y, a imitación de éste, una preferencia por letras políticas (como “Un día Baltazar”, que abogaba por la reforma agraria), que poco después le traerían problemas con la censura, en la época en su tercer disco El Fantasma de Canterville.
Pese al formato predominantemente acústico, canciones como “Algo fuerte amigo”, “Todos los caballos blancos”, “Dime que estás llorando” y “John, el cowboy” exhiben un pulso roquero a tono de la época.
Para la grabación, Gieco contó con un guitarrista que lo acompañaría durante un tiempo, Rodolfo Gorosito.
A León se le notaba en conflicto, tratando de asimilar su carrera que había comenzado el año anterior.
Todas las canciones escritas y compuestas por León Gieco, excepto donde se indica.