Sus inicios en la música se remontan al año 2007 cuando Felipe Lizarzaburu integraba una banda de indie-rock llamada Totem con la que tuvo un relativo impacto en la escena quiteña.
La música de Roja es totalmente espontánea y no por haber sido compuesta al azar, al escuchar un tema es difícil saber a qué te enfrentaras a medida que la canción corre.
Al final, el órgano siempre despunta en un caos acompañado por la fuerza de la batería y la solidez del bajo.
Las letras de Roja son originales, mezclan filosofía, fantasía y la propia experiencia del autor.
Esto permite que mantengan una fuerza y misterio, lo cual propicia una máxima atención al escuchar cada canción.
[4] En un primer momento era un cuarteto hasta que, finalmente, se consolidó la estructura musical actual.