En circunstancias todavía no esclarecidas completamente, Rómmel y su cuartel general se vieron separados de su ejército y se encaminaron hacia Varsovia, a donde llegaron en la noche del 7 al 8 de septiembre.
Rydz-Śmigły emitió una orden que decía que debía:[1] "... defender la ciudad mientras quedasen municiones y suministros, para entretener a tantas fuerzas enemigas como fuese posible".
Después de su liberación en 1945, al no ser bienvenido en el II Cuerpo de Ejército polaco que combatía junto con los Aliados occidentales, decidió volver a la Polonia controlada por los comunistas.
Debido a su regreso, fue convertido por la propaganda comunista en un héroe de guerra.
En 1947 se retiró del Ejército y pasó el resto de su vida dedicado a escribir libros.