Cuando esto ocurrió en noviembre de 1422, sin embargo, el emperador Segismundo tenía malas relaciones con los Hohenzollern y sólo deseaba compensar a Juan con un arreglo monetario.
Juan fue recibido mal por la población de Brandeburgo, pues su administración era incompetente, llevando a la inquietud del país.
En 1433, fue preparada para Juan una versión revisada del tratado alquímico Buch der heiligen Dreifaltigkeit.
Dándose cuenta del peligro en el que estaba Brandeburgo, Federico I dio a Juan tierras franconias en Brandeburgo-Kulmbach el 7 de junio de 1437, territorio rico en minas que proporcionaban materiales para la afición del Alquimista.
Juan gobernó como margrave de Brandeburgo-Kulmbach hasta que abdicó en 1457, lo que le permitió dedicarse a estudiar alquimia y los alrededores de Franconia.