Con ciento cuarenta títulos en su haber, desde los años previos a la Guerra civil hasta la década de 1990, participó en grandes clásicos del cine español.
Tras una operación y un mes de curas, logró recuperarse pero no lo suficiente como para seguir estudiando y no volvió a la escuela para terminar el bachillerato.
[7][8] Su madre le llevaba al cine a ver producciones extranjeras.
[7][5] Al finalizar la jornada le pidieron que volviera el día siguiente.
[5] Pronto se interesó por las actividades del equipo de fotografía y acabó echándoles una mano cada vez que surgía un problema, como si fuese un meritorio, pero sin cobrar.
[9] Hicieron un cortometraje que se proyectó en varias sesiones diarias durante una semana en el cine Publi con gran asistencia de público.
[8] Durante la contienda, Mariné va a formar parte de SIE Films, una productora creada por la CNT.
Allí trabajó en noticiarios, películas de propaganda, corto y mediometrajes documentales, entre otras producciones.
Ante la retirada de las fuerzas republicanas, huyó con otros soldados hacia Barcelona.
En la capital, retomó contacto con Manuel Berenguer con quien había trabajado en Laya, entre otros proyectos.
[9] En la década de 1960, se alejó del cine durante unos cuatro años para trabajar en publicidad, lo que le proporcionaba mayores ingresos económicos trabajando menos y le permitía dedicar más tiempo a la investigación.
Invirtió el dinero del premio en profundizar más en sus investigaciones técnicas y experimentos que le llevaron a descubrir nuevos sistemas de rodaje y de lentes anamórficas.
Juntos tendrán tres hijos: Nuria, Óscar[14][8] y Jorge Álvaro.
[6] En 2015 se estrenó el documental Juan Mariné: la aventura de hacer cine dirigido por Primitivo Pérez, sobre su trayectoria vital y profesional.