Debutó a fines del año 1925 en Talca con la camiseta blanca, convirtiéndose así en el primer refuerzo que tuvo Colo-Colo en su historia.
Desde joven empezó a pensar en dejar las canchas, sin embargo, encariñado con su club y sabiéndose necesario, debió postergar una vez después de otra su determinación.
Estuvo en el conjunto albo hasta fines de 1935 cuando cedió su puesto a Tomás Rojas.
Posteriormente fue convocado para participar en el Campeonato Sudamericano de 1926, fue titular en todos los partidos de Chile en el torneo y el equipo tuvo un buen desempeño alcanzando un meritorio tercer puesto.
Luego fue seleccionado para el Torneo Olímpico de Fútbol 1928, fue titular en el encuentro frente a Portugal por la primera ronda de los Juegos Olímpicos, que significó la eliminación del torneo para Chile al caer derrotado por 2:4.