Steinhoff y cada líder de escuadrilla se ofrecen como voluntarios para la corte marcial.
Desde un año antes, Steinhoff, Galland y otros ases alemanes habían insistido en que el nuevo aparato se utilizara como caza, a fin de aprovechar las ventajas de su velocidad en el combate aéreo, y no como bombardero, como era la instrucción inicial del Führer.
Tan graves fueron las quemaduras que Galland al visitarle pensó en dispararle un tiro de gracia.
Voló 993 misiones durante su carrera como piloto de caza, Steinhoff fue derribado 12 veces, pero tuvo que ser rescatado una sola vez.
Escribió dos libros autobiográficos, de los que existe edición en español: «A última hora.
Escribió además otros dos libros de los que no hay traducción al castellano: Wohin treibt die NATO.
Los testigos coetáneos hablan’), en coautoría con Peter Pechel y Dennis Showalter, del que hay versión en inglés con el título Voices from the Third Reich: an Oral History.
En la comitiva estaban el General retirado, Matthew Ridgway de 90 años, quien comandó la 82.ª División Aerotransportada americana durante la Segunda Guerra Mundial y el propio Steinhoff.
Reagan sonrió y también estrechó la mano firme del general alemán, mientras que un Kohl sorprendido más tarde dio las gracias a Steinhoff por sus acciones.
A su muerte Steinhoff fue considerado como un héroe y un caballero por ambos bandos, tanto los aliados como sus antiguos camaradas de la Luftwaffe, fue enterrado con todos los honores correspondientes a un militar de su rango y su categoría.