Siguió la carrera de las armas, pero al no ser ascendido tan deprisa como esperaba, dejó el servicio y viajó a diferentes partes de Europa.
Sin embargo, a petición de su editor, escribió y publicó varios folletos que eran muy solicitados debido a la dureza con la que se refería al ministerio de Francia.
Así pues, y al verse privado de toda esperanza de empleo en su propio país, pensó en abrir un establecimiento permanente en Holanda, y por ello inició un curso de conferencias sobre derecho público.
El proyecto tuvo éxito más allá de sus expectativas y algunas compilaciones de utilidad que publicó en el mismo período lo hicieron muy conocido en otros países.
Fue autor de Lettres historiques contenant ce qui se passe d'importante en Europe.