Tampoco asimiló con facilidad el hundimiento de la carrera artística de su padre, simultánea a la llegada del cine sonoro, y que afectó a muchas estrellas silentes, como Clara Bow, John Gilbert, etc.
Su padre le aconsejó entrar en el American Academy of Dramatic Arts de Nueva York.
Después de terminar sus estudios, su carrera profesional empezó en la radio y en el teatro.
Se trasladó a Nueva York, consiguiendo algunos roles en la radio y en los escenarios de Broadway.
Su primer papel protagonista le llegó en 1956, en una escenificación a cargo del director teatral panameño José Quintero, sobre una obra de Eugene O'Neill: The Iceman Cometh.
La década de 1980 logra hacer destacar las producciones en las que interviene, tanto en cine como en televisión: Hola, Mr.
En 1976 y 1977, Jason Robards ganó por dos años consecutivos el Premio Óscar en la categoría de mejor actor secundario.
[3] Robards conseguiría una tercera nominación por Melvin y Howard, por la que no consiguió el Óscar.
[3] En definitiva, Robards fue un actor con un gran talento dramático, amante de la escena teatral -fueron innumerables sus apariciones en las tablas neoyorquinas-.