En varios países, las transacciones basadas en la información privilegiada de empresas son ilegales.
[1] Sin embargo, algunos economistas han argumentado que la información privilegiada se debe permitir y podría beneficiar a los mercados.
[2] La cotización en bolsa por personas específicas como los empleados de las empresas es comúnmente permitida, siempre y cuando la información no se base en material que no es de dominio público.
En los Estados Unidos, las actividades financieras llevadas a cabo por funcionarios de la empresa, empleados clave, directores o accionistas significativos se deben notificar al regulador o ser públicamente divulgadas, por lo general a los pocos días de que se haya realizado la cotización en el mercado.
La definición de información privilegiada puede ser amplia y no sólo cubrir a las personas que obtienen la información, sino también cualquier persona que se pueda asociar con ellos, como corredores de bolsa e incluso miembros familiares.