[4][5] Una característica que diferencia a la inmigración brasileña de otros flujos migratorios (particularmente de países limítrofes) es que la misma está conformada por empresarios, ejecutivos, profesionales, y en general trabajadores bien calificados.
[6] Otra peculiaridad que distingue a la comunidad brasileña de las otras colectividades es que tienden a hacinarse mayormente en Misiones y Corrientes, dos provincias menores en población en comparación a otras regiones de Argentina, pero que son limítrofes con Brasil.
[8] Sin embargo, las décadas posteriores a la independencia de ambas naciones las vieron enfrentadas en conflictos y disputas por el statu quo en el Cono Sur que no habían sido resueltas entre las colonias españolas y portuguesas, lo que afectó el movimiento migratorio.
No obstante, desde al menos el año 1991 se viene registrando un crecimiento ininterrumpido del flujo migratorio brasileño en Argentina; el censo de dicho año informó que esta contabilizaba 33.966 habitantes, pasando a ser 34.712 en 2001 y los mencionados 41.330 en 2010, totalizando un crecimiento del 21,68% en 19 años.
[6] Los lazos entre Argentina y Brasil también se alimentan con el intercambio turístico que han tenido ambas naciones, con los argentinos viajando en verano a las playas de Florianópolis y los brasileños viajando en invierno a la nieve de Bariloche.
Se abrieron caminos para nuevas oportunidades en el mercado laboral y, con ellos, un nuevo flujo migratorio brasilero compuesto por técnicos, gerentes, ejecutivos y profesionales transferidos por las empresas que comenzaban a radicarse en Argentina.
[6] En 1966 comenzó a funcionar en Buenos Aires el primer templo de religión afrobrasilera.
La siguiente tabla muestra la distribución en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) según los datos del censo.