Se consideró hasta hace poco el cetáceo más raro del mundo, lugar que hoy ocupa el zifio de Travers (Mesoplodon traversii).
Sin embargo, hubo un considerable debate en cuanto a si la ballena pertenecía al género Mesoplodon o no.
El siguiente acontecimiento importante ocurrió cuando se encontraron seis restos de zifios en las islas Maldivas, en el año 2000.
La descripción de esta especie solo se base en restos varados en costas.
Poseen un hocico corto y una aleta dorsal inusualmente larga para los zifios.