Los hermanos Sariñena, Domingo y Mateo, trabajaron toda la mazonería que envuelve al retablo.
Rejuvenecieron por completo la fachada septentrional y eliminaron un porche moderno construido tiempo atrás como protección de la portada.
La arquivolta interior sobresale de las demás al representar varias imágenes profanas que simbolizan el pecado con el uso de grifos, flautistas, bailarinas y contorsionistas.
[2][16] El interior cuenta con las características propias de una iglesia del románico y detalles que indican su introducción también en la arquitectura gótica, con una bóveda de cañón en el centro que finaliza en un ábside poligonal y cuya cubierta de horno se sostiene por seis nervios, entre los que se forman arcos apuntados.
[2] Contiene una talla manierista fabricada en madera policromada con detalles dorados donde se representa una crucifixión del siglo XVI.
Cuatro lienzos incluidos en la misma capilla y pintados por Luis Muñoz Lafuente en 1804, representan en imágenes el acontecimiento, mientras que un retablo neoclásico muestra las imágenes de Santa Teresa de Jesús, San Juan Evangelista y la Purísima Concepción.
[2][17] Hasta su ocultación con una capa de pintura o su destrucción, la cúpula contó con una representación mural pintada al fresco por José Fraustaquio, donde se representaron unos ángeles junto a una balaustrada con el emblema de la virgen.
[18] Recoge un retablo renacentista de 1549 y siete figuras góticas de finales del siglo XV, fabricadas en yeso endurecido y apoyadas sobre hornacinas del siglo XVI.
[2] Ambos provienen del primer renacimiento donde se destacan los medallones y numerosa decoración vegetal.
El coro está construido en sillería de 1610 por Philippe Fillau d'Orleans.
[2] El baptisterio cuenta con una pila bautismal de finales del siglo XVII.
En la parte baja se encuentran las escenas posteriores al Sacrificio, cuyo inicio es la Resurrección de Jesús y su final la Venida de Cristo el día del Juicio o Parusía.
Gracias a sus habilidades descubrió una de las obras más importantes, por iconografía y por tamaño, de los retablos que se construyeron y pintaron durante la Edad Media en España.
[19] La talla del Salvador recuperó su corona, el color de los ojos y mejoró la fisionomía que le dio el artista que la fabricó originalmente con 180 centímetros de altura.
Conservó también el doselete de madera situado sobre la talla, pero perdió las tracerías que remataban cada escena.