Hugo contrajo matrimonio con Judith y tuvo de ella una hija también llamada Willa.
Le desposeyó del ducado y lo concedió a Conrado de Urslingen.
Estas donaciones fueron confirmadas por sus sucesores a través de los siglos.
Su vida está rodeada de leyendas y fue recordado por Placido Puccinelli en su Istoria delle eroiche azioni di Ugo il Grande como un príncipe noble y piadoso.
Su tumba en Badia Fiorentina fue célebre como escenario de visiones místicas.