Desde su lanzamiento, la película recibió buena acogida por parte del público y la crítica, motivo por el cual obtuvo premios nacionales e internacionales como ser el Premio Goya en la categoría de Mejor película Iberoamericana.
Cada uno viaja por su cuenta pero como sucede en las desérticas rutas, sus historias y sus ilusiones se entrecruzan en los escasos paradores.
Tres años atrás, manejando en la ruta, el sol lo encandiló y atropelló a un perro.
Deberá hacer algo con su obsesividad y sus celos paranoides, que ya le habían costado un fracaso sentimental.
María Flores, de 25 años, es una joven madre que también vive en Fitz Roy y debe viajar al Puerto San Julián para concursar en un programa de televisión por el premio mayor: una multiprocesadora.
Imprevistamente, la joven deberá elegir entre la sofisticación y la secreta intimidad de su condición femenina, largamente postergada.
La película consiste en una serie de historias narradas mediante varios personajes que se cruzan sin darse cuenta en el Puerto San Julián.
Al mismo tiempo estas historias se concentran en las "cosas pequeñas" de la vida, que en esta película parecen más pequeñas aún frente al inmenso paisaje patagónico donde se ambienta la trama.
El director Sorín comentó en una entrevista "Yo ya no quería trabajar con personajes épicos, grandiosos, locos.
Quería un registro mucho más minimalista y realista, quizás influido por unas corrientes cinematográficas como el cine iraní en su momento.
Hay que desplazarse centenares de kilómetros, el clima es tremendo, los vientos intolerables.