Según el mito, tras unos días Clitia se transformó en «girasol» —en el sentido que le daban en la Antigüedad— y aún hoy no olvida el objeto de su amor y sigue al sol en su recorrido diario.
Pueden ser deltoides, lineal-lanceoladas u ovaladas con base cordiforme e incluso estrechamente agudas, con bordes enteros o serrados, raramente lobulados.
Sus brácteas son persistentes, en número de 11 a 40 (hasta 100 en los cultivares) en 2 o 3 filas.
Los flósculos van de 30 hasta 50 (e incluso 1000 en cultivares), hermafroditos, con corolas generalmente amarillas o rojizas —por lo menos los ápices— pentalobuladas.
[3] Helianthus ha sido subdividido en tan solo 10 especies por algunos autores y hasta más de 350 por otros.
[12] Subsecuentemente, Harold Robinson en 1979 transfirió a todos los Helianthus perennes sudamericanos al género Helianthopsis.
[13] La clasificación taxonómica propuesta por A. Anashchenko en 1979 constituyó una modificación radical con respecto a todos los tratamientos previos del género.
En el Mediterráneo, solo un puñado de especies, todas introducidas:[18] H. annuus, H. atrorubens, H. debilis, H. giganteus, H. pauciflorus, H. petiolaris, H. salicifolius, H. tuberosus.