Haematopus meadewaldoi

El nombre del género, Haematopus, es un término griego latinizado para "pies rojos" (de (h)aimato- (αίματό-), '"sangre-" y -p(o)us (πουϛ), "pie").

[5]​ H. meadewaldoi tenía una coloración negra brillante excepto por las bases bajo las alas blanquecinas de la primera remera.

No se conocen ejemplares jóvenes, pero probablemente tenían las zonas descubiertas más apagadas y algunas franjas de color gris o beige en las plumas.

La coloración del plumón es igualmente desconocida; pero suele ser gris para proporcionar camuflaje contra los depredadores como las gaviotas(Hockey 1996); considerando el color oscuro de las rocas volcánicas presentes en el hábitat de la especie, probablemente fuera bastante oscuro en general.

Su cortejo era conocido por ser muy peculiar, con dos o tres machos rivalizando en un baile de exhibición (Álamo Tavío 1975).

Cuando una hembra elegía una pareja, probablemente tenían un comportamiento monógamo de por vida, como en otras especies del género.

Actualmente se considera extinto, porque las encuestas realizadas entre 1956 y 1980 no pudieron hallar evidencias de su existencia.

Es interesante observar que también existen registros en Tenerife desde el siglo XIX, pero siempre de segunda mano.

El melanismo ocurre ocasionalmente en el ostrero común euroasiático (Haematopus ostralegus) (Stresemann 1927) que hiberna en la región; explicando estos avistamientos.

Se desconoce el impacto de las prácticas agrícolas no sostenibles tuvieron sobre su población, ya que contribuyeron a la desertificación sobre todo en Lanzarote (Hockey 1987).

Esto podría haber alterado los patrones climáticos locales, aumentando la sedimentación en las desembocaduras de los barrancos y disminuyendo su fauna invertebrada.

Además de las 8 pieles, se conserva un único huevo en el Museo Senckenberg que también fue recolectado por el farmacéutico Ramón Gómez.