Tras la votación, a Yanáyev se le atribuyó la frase "Soy un comunista convencido hasta lo más profundo de mi alma".
Esta intentona se desmoronaría tres días después, siendo frustrada gracias a la presión ejercida por la corriente política que encabezaba Borís Yeltsin.
El 21 de agosto, el Presídium del Sóviet Supremo, encabezado por los presidentes de ambas cámaras, adoptó una resolución en la que declaraba ilegal la destitución de Gorbachov, así como la sucesión de Yanáyev, pues según la Constitución soviética el vicepresidente no tenía inmunidad, ordenándole que cancelara todos los decretos y órdenes emitidos por el GKChP, por lo que ese mismo día Yanáyev firmó un decreto donde se declaraban todas sus acciones nulas, y además fue obligado a renunciar a sus poderes presidenciales.
Los médicos le diagnosticaron cáncer de pulmón y evaluaron el estado del paciente, que padecía desde años atrás.
Los especialistas decidieron realizar un curso de quimioterapia para tratarlo, sin embargo, los médicos reconocieron que la enfermedad se encontraba en un estado muy crítico y no garantizaban un resultado exitoso del tratamiento.
Guennadi Ziugánov, líder del Partido, dijo de él: "Yanáyev vivió una vida interesante, complicada y digna".
El PCFR lo elogió oficialmente como "un especialista altamente profesional [...] un camarada querido y digno de confianza".
En otra declaración hecha por el PCFR, esta vez en su sitio web oficial, afirmó: "Si hubieran actuado con mucha más decisión, nuestro país unificado se habría preservado".