En la naturaleza, los grillos machos no se toleran entre sí y lucharán hasta que haya un ganador.
Los machos de esta especie producen varios chirridos distintivos, aunque cada sonido se hace frotando las dos alas exteriores juntas.
Cuando se sabe que una hembra está cerca, pero a cierta distancia, se emite un sonido de recorte suave, una canción de "llamada", cuando una hembra está lo suficientemente cerca para aparearse (montando en la espalda del macho).
Estos grillos se esconden debajo de troncos, pastos y grietas.
[4] Las hembras tienen un órgano tubular en la parte posterior, conocido como ovipositor, que se utiliza para depositar huevos en el suelo.
Ponen sus huevos en suelo húmedo y los grillos bebés eclosionan en aproximadamente dos semanas.
Tanto las hembras como los machos buscan continuamente parejas con las que puedan esparcir su semilla.
[7] La poliandria es un sistema reproductivo costoso para las hembras porque dedican mucho tiempo, energía y recursos a la producción de huevos.
No es tan costoso para los machos porque pueden producir una mayor cantidad de esperma por menos tiempo, energía y recursos.
Sin embargo, la poliandria todavía se desarrolla en los grillos porque proporciona beneficios que superan los costos.
Estos machos tienen que invertir aún más recursos en cada oportunidad reproductiva cuando un competidor de pareja se encuentra en su entorno.
Las hembras pueden evitar los costos de la endogamia seleccionando espermatozoides que no sean genéticamente similares a sus óvulos.
[10] La diferenciación entre parejas anteriores y nuevas permite a las hembras buscar machos genéticamente superiores.
Esta señalización quimiosensorial autorreferencial es un medio confiable y simple para que una mujer maximice los beneficios de la poliandria.
[11] Las hembras también pueden utilizar la palpación y la antenación antes del apareamiento para deducir si una pareja es nueva o no.