Además en tres de ellas lo hizo batiendo el récord del mundo (1978, 79 y 80).
En cinco años había rebajado en nada menos que siete minutos su propio récord.
Era la primera vez que se celebraba la maratón olímpica femenina, y Grete Waitz era una de las grandes favoritas, junto a la norteamericana Joan Benoit, la noruega Ingrid Kristiansen y la nueva figura portuguesa Rosa Mota.
Aquí Grete Waitz se dio cuenta de que Benoit se dirigía directa al triunfo final, y trató de evitarlo saliendo a "cazar" a la americana.
Aunque recortó bastante la diferencia, Joan Benoit se plantó en el Estadio con una cómoda ventaja y obtuvo la medalla de oro en 2h25:52.
En el exterior del Estadio Bislett de Oslo hay una estatua en su honor, y su rostro aparece incluso en algunos sellos.
También en Nueva York, donde consiguió sus mayores éxitos, se celebra cada año la Grete's Great Gallop, una media maratón en su honor.
[2] El gobierno noruego anunció más tarde que sería enterrada con el honor del gobierno en el gasto del estado, la sexta mujer en la historia noruega para ser dada este honor.