Gregorio y yo, medio siglo de colaboración

Ambos libros son las memorias autobiográficas de la dramaturga, feminista y política socialista española María Lejárraga.

En pocas páginas cubre la boda y los primeros experimentos literarios de la pareja.

En particular, destaca que en su casa se comprometieron Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez.

Después de renunciar a su trabajo como maestra debido al agotamiento, ella y Gregorio se vieron obligados a vivir exclusivamente de lo que ganaban con sus trabajos literarios.

[2]​ Su exilio comenzó antes de que terminara la guerra, cuando se trasladó a Bélgica y Suiza tras ser nombrada Agregada Comercial.

El exilio le permitió recuperar la identidad que había sido anulada en España.

Cuando comenzó este libro de memorias, aún no había pensado en el exilio.

Por eso, la melancolía típica de la exiliada no se observa hasta el final del libro, cuando ya estaba instalada en Buenos Aires.

La autora se considera socialista por realismo, influenciada por las experiencias de miseria que presenció en su infancia.

Además, se destaca su participación como candidata a diputada por la provincia de Granada en 1933, aprovechando el derecho recién adquirido al sufragio femenino.