Gregorio Guazo y Calderón Fernández de la Vega se unió al Ejército en su juventud, logrando ascender hasta el grado de Brigadier.
El rechazo hacia ese estanco fue creciente hasta que, en febrero de 1723 unos 800 vegueros habaneros decidieron recurrir a la fuerza y destruyeron las estancias, vegas y fincas de los estanqueros, donde los vegueros vendían según los precios que habían sido establecidos por la factoría.
Tras esto, los vegueros amotinados se reunieron en Santiago de las Vegas para dirigirse juntos hacia La Habana, la capital cubana.
Así, cuando Guazo Calderón se enteró del motín, envió al lugar unos 200 soldados de infantería y caballería que atacaron por sorpresa a los vegueros.
Tras esto, Guazo y Calderón dio la orden del ahorcamiento de doce de los alzados, que tenían preso, al día siguiente, cerca del camino de Jesús del Monte, el camino más conocido que llevaban hacia la capital, con el fin de que esto sirviera para escarmentar a los demás vegueros que se habían sublevado.