Pablo Córdoba, al contrario, anda sin afanes, pero sus vidas y tiempos se cruzan inesperadamente para comprobar que los giros del destino son impredecibles.
Gabriela vive en un tren de vida y nadie entiende cómo no es la mata del estrés.
Otra cosa que pocos se explican es cómo siendo tan hermosa y dulce, no tiene novio.
En medio de esta mentira se reencuentra con Gabriela y enfrenta otra jugada del destino.
Y aunque para ella el amor no cuenta, este hombre que le cambió la vida va a modificarle la escala de prioridades.