En 1920, Santiago Rubio Tudurí, presentó el proyecto del funicular.
La idea gustó al pueblo, quien se movilizó para crear, ese mismo año, la sociedad Funicular de Gelida S.A.[1] Aprobado el proyecto, su construcción fue impulsada por el entonces alcalde de Gélida, Josep Rosell i Massona, comenzando las obras en 1923.
[1] Fue inaugurado en 1924, con antiguos vehículos del Funicular del Tibidabo, siendo el único de la península ibérica con carácter de transporte público, y no turístico.
[1] Hasta la década de los 70 prestó servicio ininterrumpidamente sin mayores problemas, pero en 1972 descendió en gran medida la cifra de viajeros, y pasó a ser un servicio gestionado por el propio municipio en 1977.
[1] En 1992 se renovaron todos los sistemas, comenzando una nueva etapa en su servicio.