Con frecuencia lleva su verbo en primera persona, aunque no siempre (por ejemplo: ¡Qué bonito es el Mediterráneo!)
Así, en expresiones corrientes como esa mujer me fascina o ¡qué mañana tan hermosa!, predomina, sin duda, la función expresiva, pero con un soporte de representación simbólica dado por la alusión a unos referentes.
Para concluir, observemos que la función expresiva o emotiva se manifiesta gracias a los significados afectivos o connotativos que se establecen sobre la base de los significados denotativos: cuando hablamos, expresamos nuestro estado de ánimo, nuestras actitudes o nuestra pertenencia a un grupo social, damos información sobre nosotros mismos, exteriorizamos síntomas, aunque no tengamos siempre plena conciencia de ello.
El emisor se comunica para transmitir la información centrada objetivamente en la realidad exterior referente a las ideas que tiene sobre ella.
De ella emana el archigénero literario lírico o poético.