Sucedió en el trono a su hermano mayor, Juan II.
[1] Fue embajador en la corte del Zar en San Petersburgo entre 1894 y 1899.
Ya como príncipe de Liechtenstein, continuó las reformas económicas iniciadas por su hermano.
Por su bondad, ella era muy popular entre la gente, debido a sus cálidas formas en el trato con los demás.
[2] La Fundación Francisco e Isabel para la Juventud de Liechtenstein todavía existe hoy.