Su primer papel llegó en 1928, con una actuación sin aparecer en los créditos junto a las estrellas Dorothy Boyd y Mabel Poulton en The Constant Nymph.
En 1931 conseguiría el papel más importante de su carrera, cuando interpretó a "Lucy Westenra" en Drácula, película protagonizada por Béla Lugosi y Helen Chandler.
La lista de trece actrices seleccionadas incluía a Marian Marsh, Karen Morley, y Marion Shilling.
Sin embargo, a pesar de su actuación en Drácula, las ofertas que recibía disminuyeron.
Ese mismo año interpretó en Broadway la obra Collision, que tuvo un éxito discreto.