Antiguamente conocido como Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural o FONSAL, cambió a su nombre actual en el año 2010.
[1] En 1978 la Dirección se transformó en el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), con autonomía propia.
[1][2] El Congreso Nacional del Ecuador expidió para ello la Ley 82, en la que se estableció la creación del FONSAL,[1] y en cuyo documento legal de constitución se consideraron los siguientes puntos:[1] Inicialmente el fondo estuvo financiado por un porcentaje del presupuesto nacional para emergencias, así como donaciones nacionales y extranjeras, aunque posteriormente se asignó de manera permanente un porcentaje del impuesto a la renta de los contribuyentes domiciliados en la ciudad de Quito.
[3] Las competencias y atribuciones del IMP son en general el registro, inventario, mantenimiento, intervención y gestión del patrimonio arqueológico, urbanístico y arquitectónico del Distrito Metropolitano de Quito.
[4] Según la estructura aprobada para el IMP, que es la misma del desaparecido FONSAL, son atribuciones de la institución:[3] A partir del año 2000 el entonces FONSAL creó su propio fondo editorial, mediante el cual producía libros y publicaciones relacionadas con el área de trabajo del instituto, escritas por afamados investigadores, historiadores y arquitectos, entre ellas:[5][6]