Ese evento excepcional, que no tuvo continuidad, tenía como director ejecutivo al arquitecto José A.
Caro Álvarez y su coordinador operativo lo oh si si fue el señor Jiménez Cohén, este último de nacionalidad colombiana.
En 1970, como parte de una intensa campaña para reorganizar las ferias del libro bajo un estatuto formal, se elabora el reglamento que regiría el evento.
Y, finalmente, en 1973, el gobierno crea la Comisión Organizadora Permanente de la Feria del Libro a nivel nacional, mediante el decreto No.
La primera Comisión Permanente estuvo presidida por don Rafael Herrera, director del Listín Diario, tuvo al doctor Jorge Tena Reyes como secretario, y, como tesorero, al propulsor de la idea, don Julio Postigo.
Los integrantes fueron intelectuales de la talla de Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro Troncoso Sánchez, Julio Jaime Julia, Virgilio Hoepelman, Fabio A. Mota, Pedro René Contín Aybar y el doctor Anaiboní Guerrero Báez.
2968, del presidente Salvador Jorge Blanco, una nueva Comisión, presidida por el doctor Raymundo Amaro Guzmán.
El poeta Cándido Gerón fue designado para sustituir al doctor Tena Reyes como Secretario, y los demás miembros fueron don Julio Postigo, Emilio Rodríguez Demorizi, Bernardo Vega, Pedro Troncoso Sánchez, Máximo Avilés Blonda, Marisol Florén, Maximiliano Arturo Jimenes Sabater, Francisco a Polanco, Teresa Peña, Marianne de Tolentino, José Luis Corripio y Leonte Brea.
Cuando se inauguró la primera etapa de la Feria del Libro, apenas existían las librerías Dominicana, en la calle Mercedes; Duarte, en la calle Mercedes con Arzobispo Meriño; San Pablo, de las hermanas Pepén.
Es a partir de 1997 que la feria se moderniza y cambia su esquema organizativo gerencial, al producirse el decreto No.
El propio Lantigua, ante la falta de una denominación oficial del lugar, la denominó Plaza del Conservatorio, por ser el lugar donde se ubica el local que alberga al Conservatorio Nacional de Música.
Se incluyó la presentación de renombradas figuras de las letras internacionales, como el uruguayo Eduardo Galeano, y se dedica la feria a la exitosa escritora dominicana Julia Álvarez y al escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez.
En este año, la Feria Internacional del Libro pasó a ser presidida por el intelectual y narrador Carlos Esteban Deive.
El evento tuvo continuidad, lo que contribuyó a mantenerlo en el cronograma cultural del país.
En 2001, el país invitado de honor fue Chile, mientras que la dedicatoria recayó sobre el importante poeta dominicano Manuel del Cabral.
En 2003, el país invitado fue Cuba y se rindió homenaje a Eugenio María de Hostos.
La Dirección General de la Feria del Libro pasó a ser dirigida por el Lic.
Se recuperó la Tribuna Libre, para dar cabida a diversas actividades del pensamiento.
En este nuevo espacio, el programa cultural se amplió de manera considerable.
[2] En 2007, con motivo del décimo aniversario, la feria tiene como país invitado de honor a Colombia y rinde tributo al importante poeta dominicano Franklin Mieses Burgos.