Los fangos, tanto primarios como secundarios, tienen un contenido en agua superior al 95% y son putrescibles, por lo que los objetivos de su tratamiento son: Estos tres objetivos se corresponden, respectivamente, con el espesamiento, la estabilización y la deshidratación.
Su cantidad depende de la edad del fango y la carga másica, así como del tipo de agua (componente industrial), la nitrificación y la temperatura.
El fango se caracteriza por su densidad, concentración de sólidos, viscosidad y sedimentabilidad.
En cuanto a la sedimentabilidad, se ensaya en un cono Imhoff de 1 litro durante media hora.
Finalmente, se puede calcular la resistencia específica a la filtración (torta).