En el derecho romano se entiende por fórmula una instrucción escrita, por la cual las partes en conflicto y el magistrado nombran al juez y fijan los elementos sobre la base de los cuales este debe fundar su juicio, dándole a la vez el mandato, más o menos determinado, para la eventual condenación o absolución de una de las partes.
De entre las partes ordinarias, la única que debe existir siempre es la intentio.
Por ejemplo "Supuesto que Aulo Agerio vendió una mesa de plata a Numerio Negidio", asunto por el cual se litiga.
Se clasifican en: ("escrito antes") Parte de la fórmula que se antepone a la misma para determinar o limitar su contenido o para evitar un juicio inconducente (que no conduzca a nada).
Estas introducciones de hechos podían darse infinitamente, pero los casos más largos llegaron a la sextuplicacio.