Friedman nacido en el seno de una familia hebrea desde muy niño se interesó por la música.
Realiza giras por Europa, Australia, Hong Kong, Turquía, Israel y Egipto.
Luego, en 1945 decidió partir con su preciado instrumento a tierras latinoamericanas específicamente en Venezuela, Maracaibo para seguir la carrera que siempre había deseado.
En 1953 contrae matrimonio con la profesora Elvia Elisa Argúello Landaeta, maestra y pianista zuliana con quien emprende una noble tarea educativa bajo el lema: No hay cultura sin cultura musical.
Es por ello que el colegio Emil Friedman ha establecido un modelo educativo basado en el desarrollo armónico del intelecto y el sentimiento, teniendo como ejes directrices el cultivo de las materias académicas por un lado y por el otro, la música como agente de sensibilización artística y por ende del sentimiento.