Elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1936

En medio de la Gran Depresión, con su popularidad en alza debido a las políticas públicas del «Nuevo Acuerdo» (New Deal), el presidente en ejercicio Franklin D. Roosevelt, del gobernante Partido Demócrata, se presentó a la reelección.

El Partido Republicano presentó la candidatura del millonario gobernador de Kansas, Alf Landon.

Landon apoyaba algunos aspectos del New Deal, pero lo criticó por supuesto desperdicio e ineficiencia de su aplicación.

La elección tuvo como novedad la realización, por primera vez, de grandes sondeos y encuestas organizadas que tenían como objetivo predecir el resultado.

Sin embargo, casi todos se equivocaron completamente, y Roosevelt obtuvo la victoria más aplastante desde el comienzo del sistema bipartidista en 1850.

Con 523 electores, Roosevelt recibió el 98.49 % del total de votos electorales, que sigue siendo la cantidad porcentual más alta obtenida por cualquier candidato desde 1820.

[1]​ La anterior Convención Nacional Demócrata había sido extremadamente reñida debido a que hasta entonces se requerían dos tercios de los delegados para ratificar una candidatura presidencial.

Originalmente aliado de Roosevelt, Long se distanció al considerar que las políticas del New Deal eran insuficientes para disminuir las condiciones desfavorables de los pobres, y en febrero de 1934 postuló su programa «Share Our Wealth» (en español: «Comparta nuestra riqueza»),[2]​ con numerosas medidas consideradas muy radicales para la época, tales como prohibir que una misma persona acumulara un patrimonio neto superior a 300 veces la fortuna familiar promedio, una pensión a las personas mayores de sesenta años, y educación pública gratuita.

Otros precandidatos menores fueron Upton Sinclair, John S. McGroarty y Joseph Coutremarsh, aunque ninguno de los tres compitió en las primarias en más que uno o dos estados.

[10]​ Mucha gente, incluyendo al presidente del Comité Nacional Demócrata, James Farley,[11]​ esperaba que Huey Long no intentara disputarle la nominación demócrata a Roosevelt, sino contender como un tercer candidato con su programa «Comparte Nuestra Riqueza» como plataforma electoral.

En cambio, había estado conspirando con el padre Charles Coughlin, un sacerdote católico y personalidad de radio populista, para fundar un «Partido Comparte Nuestra Riqueza».

Lemke, que carecía del carisma y la estatura nacional de los otros candidatos potenciales, tuvo un mal desempeño en las elecciones, apenas logró el dos por ciento de los votos, y el partido se disolvió al año siguiente.

Por su parte, Landon demostró ser extremadamente ineficaz para hacer campaña, ya que rara vez viajaba.

[17]​ El Partido Republicano había buscado moderarse para evitar mostrarse demasiado crítico con políticas que eran sumamente populares para el público estadounidense, y su plataforma electoral rescataba gran parte de la política de Roosevelt.

[21]​[22]​ El ascenso olímpico de Owens puso de manifiesto las condiciones negativas en las que vivía la población afroamericana en Estados Unidos bajo las políticas de los demócratas del Sur, pues mientras que en Berlín pudo alojarse en los mismos hoteles que los blancos y Adolf Hitler le estrechó la mano, al retornar no se le permitió ingresar por la puerta del Waldorf Astoria de Nueva York y en su lugar debió emplear un ascensor de carga para concurrir a una ceremonia en honor a él mismo,[23]​ mientras que Roosevelt se negó a invitarlo a la Casa Blanca alegando que «estaba ocupado».

En 1932, la elección del demócrata Louis J. Brann había presagiado la llegada de Roosevelt a la presidencia.

De hecho, cualquier otra encuesta realizada en este momento predijo que Roosevelt ganaría, aunque la mayoría esperaba que no obtuviera más de 360 votos electorales y nadie llegó a sugerir un resultando tan abrumador.

[29]​ En cualquier caso, la abismal magnitud del error del Literary Digest (19.6 puntos en cuanto al voto popular real logrado por Roosevelt) destruyó la credibilidad de la revista, y se terminó disolviendo dieciocho meses después de los comicios.

Con 523 electores, Roosevelt ganó el mayor número de votos electorales absolutos jamás registrado en ese momento, hasta ahora solo superado por Ronald Reagan en 1984, cuando había siete votos más en disputa (525 sobre 538) con la incorporación de Alaska y Hawái.

[34]​ Garner ganó el porcentaje más alto del voto electoral de cualquier vicepresidente.

Ningún candidato de un partido importante ha ganado tan pocos votos electorales desde esta elección.

Lo más cerca que nadie ha estado fue el oponente de Reagan en 1984, Walter Mondale, quien obtuvo solo 13 votos electorales.

La elección vio la consolidación de la Coalición del Nuevo Acuerdo (New Deal Coalition), pues si bien los demócratas perdieron a algunos de sus aliados tradicionales en las grandes empresas, estos fueron casi automáticamente reemplazados por grupos como los trabajadores organizados y los afroamericanos, quienes se volcaron a apoyar al Partido Demócrata por primera vez desde la Guerra Civil.

[38]​ Landon solo logró ganar en dos estados, Vermont y Maine (este último donde la victoria republicana dos meses atrás habían contribuido a un triunfalismo tardío del partido), lo que desató numerosas bromas y comentarios satíricos posteriores a la elección.

[27]​ El día posterior a las elecciones, un bromista colgó un letrero en la frontera entre Vermont y Nuevo Hampshire que decía: «Usted está saliendo de los Estados Unidos».

De hecho, sigue siendo la única ocasión en la que los demócratas ganaron estos estados tradicionalmente republicanos por dos elecciones consecutivas.

Cartel electoral de Roosevelt en Mánchester , Nuevo Hampshire , señalando el apoyo del sindicato de trabajadores textiles a la reelección del mandatario.
Resultados por condado que indican explícitamente el porcentaje para el candidato ganador en cada uno. [ 32 ] Roosevelt— > 90 % Roosevelt—80-90 % Roosevelt—70-80 % Roosevelt—60-70 % Roosevelt—50-60 % Roosevelt— < 50 % Landon— < 50 % Landon—50-60 % Landon—60-70 % Landon—70-80 % Landon—80-90 % Landon—>90 %