Los comicios se celebraron en el contexto de la Gran Depresión que sufría el país desde 1929, bajo la administración del presidente en ejercicio Herbert Hoover, del Partido Republicano, tradicionalmente dominante desde la guerra civil y particularmente hegemónico durante la década de 1920.
[1] Desde la guerra civil estadounidense, y la victoria de la Unión, el Partido Republicano emergió como la principal fuerza política de los Estados Unidos, con el Partido Demócrata, hasta entonces hegemónico, como principal oponente.
Durante este período, se sucedieron en el cargo tres presidentes republicanos Warren G. Harding (1921-1923), Calvin Coolidge (1923-1929) y, finalmente, Herbert Hoover (1929-1933), elegidos por márgenes aplastantes.
El poco conocido exsenador de Maryland, Joseph I. France, se presentó contra Hoover, pero no manifestó una competencia coherente debido al hecho de que pocos delegados eran elegidos en las primarias.
Con este acuerdo, Roosevelt logró conseguir finalmente la mayoría de dos tercios en la cuarta votación, y con ello la nominación presidencial.
[9] Después de hacer un viaje en avión a la Convención Demócrata, Roosevelt aceptó la nominación del partido en persona.
[13] Mientras recorría el territorio de la nación, Roosevelt fue recibido por grandes y calurosas multitudes.
[14] El origen protestante de Roosevelt permitió la anulación del prejuicio anticatólico sufrido por Smith en 1928, esto sumado al hecho de que la Gran Depresión se había convertido en una mayor preocupación para el público estadounidense que las anteriores batallas culturales.
La plataforma del Partido Demócrata incluyó un llamado a la derogación de la prohibición o ley seca, reflejando los cambios en la opinión pública sobre esta, con pocos republicanos tratando de defender la ley dada la creciente demanda de poner fin a la prohibición y recuperar los ingresos fiscales que podían traer el licor y la cerveza.
[17] Después de ganar la nominación demócrata, Roosevelt recibió el apoyo de prominentes figuras del Partido Republicano, como George W. Norris, y Hiram Johnson; así como del Partido Progresista y su líder, Robert La Follette Jr..
Muchos destacados dirigentes republicanos proclamaron abiertamente su simpatía con la causa defendida por el candidato demócrata.
Como gobernador de Nueva York, Roosevelt se había ganado una reputación por promover la ayuda del gobierno para los pobres, proporcionando un contraste positivo para muchos que vieron a Hoover como presidente que no hacía nada.
[20] Roosevelt también atacó a Hoover por ser "la administración con más gastos en tiempos de paz en toda nuestra historia".
Jeff Campbell afirmaría que "incluso un perdedor vagamente talentoso podría haber sido elegido presidente contra los republicanos".
Hoover había ganado un mayor porcentaje de votos en 1928, al igual que Harding en 1920.
Sin embargo, esa mitad del voto total de la nación se emitió en solo ocho estados (Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania, Ohio, Illinois, Indiana, Michigan y Wisconsin) y en estos estados, Hoover obtuvo 8.592.163 votos.
[31] Esta elección marca la última vez que un candidato presidencial republicano ganó la mayoría de los votos negros y afroamericanos.
La candidatura de Roosevelt arrasó en todas las regiones del país, excepto el noreste, donde se encontraban los seis estados en los que Hoover logró imponerse; y a su vez logró ganar en muchos estados confiablemente republicanos que no habían visto ganar a un candidato demócrata desde su derrumbe electoral en 1912, cuando se dividió el voto republicano.
La victoria de Roosevelt con 472 votos electorales se mantuvo hasta el la victoria de Lyndon B. Johnson en 1964, que ganó 486 votos electorales, la mayor cantidad jamás obtenida por un presidente en su primera elección.
Esta fue la última elección en que Connecticut, Delaware, Nuevo Hampshire y Pensilvania votaron por el candidato republicano hasta 1948.