La respuesta represiva del gobierno resultó en dos muertes, lo que intensificó las manifestaciones y, tras menos de una semana en el cargo, Merino se vio obligado a renunciar.Los resultados finales fueron sorpresivos: Perú Libre se alzó como el partido más votado, lo que marcó un hito histórico al convertirse en la primera vez que un partido de izquierda ganaba unas elecciones parlamentarias y su mejor resultado desde las elecciones de 1985, cuando Izquierda Unida quedó en segundo lugar.Renovación Popular obtuvo el tercer lugar, siendo la primera vez que la extrema derecha conseguía representación desde las elecciones de 1963, cuando lo logró Unión Revolucionaria.De manera similar, Alianza para el Progreso, que había sido la segunda fuerza política en el Congreso anterior, cayó al quinto lugar.El Partido Morado, el nuevo oficialismo tras la asunción de Francisco Sagasti, sufrió un fuerte retroceso, logrando superar por poco la valla electoral y consiguiendo representación solo en Lima.Esta situación les permitió bloquear la formación de una mesa directiva favorable al oficialismo, tal como había ocurrido en 2016 con el partido del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.