Borges se referiría en muchas ocasiones a este cuento cuando debía explicar el proceso de la escritura.
La palabra Zahir se refiere en el cuento a una expresión de origen árabe que quiere decir notorio, visible, manifiesto.
La historia es relatada en primera persona; el narrador-protagonista lleva el mismo nombre que el autor empírico (Borges).
Ya en el comienzo del relato se percibe el influjo que el objeto tuvo sobre el personaje.
Teodelina representa lo efímero, lo fugaz, que contrasta con lo perenne e inmutable del Zahir.