El portero es una película española dirigida por Gonzalo Suárez.
En la mano lleva una manzana mordida, la señal de que en las montañas las armas no han callado.
Forteza explica a los lugareños su espectáculo, un reto de penaltis con unas monedas en juego para quien consiga batirle.
Entre los asistentes, un entusiasta, Tito, el hijo de Manuela, una mujer desconfiada por haber sufrido en carne propia los estragos de la barbarie y de la marginación, una superviviente que se gana la vida cosiendo para Úrsula, la esposa del sargento Andrade, arriesgada amiga del borrachín Doctor del pueblo.
Mientras Forteza, Tito y Manuela inician una amistad peligrosa, Don Constantino, el vehemente párroco del lugar, se presta a ayudar al portero a cambio de algún peculiar servicio.