[1] El eccema es un cuadro clínico que cursa con signos variables, principalmente prurito, vesiculización y exudación en las formas agudas.
En las formas crónicas se presenta descamación y liquenificación con engrosamiento de la piel en la región afectada.
[2] Según la escuela americana de Dermatología, ambos términos se utilizan indistintamente para referirse al patrón de reacción común a varias enfermedades cutáneas.
[3] Según la mayoría de dermatólogos europeos, el eccema es un cuadro clínico con signos agudos y crónicos, mientras que la dermatitis es un "cajón de sastre" para agrupar diferentes patologías.
[4] Los patrones de la inflamación son muy variados, por lo que recibe diversas denominaciones como eccematosa, psoriasiforme, liquenoide, herpetiforme, etc. Su forma de presentación puede ser: aguda, subaguda o crónica.