Las principales actividades económicas de Durbuy en la actualidad están relacionadas con el turismo y el ocio.
Durbuy es frecuentemente descrita, aunque sin mucha justificación, como «la ciudad más pequeña del mundo».
La anticlinal de Durbuy fue descrita en 1807 por el geólogo Jean-Baptiste d'Omalius d'Halloy en los Annales des Mines.
Durbuy está relativamente al margen de los grandes ejes viarios; un potencial inconveniente que se ha convertido en una ventaja turística, al favorecer la preservación de los paisajes y el entorno natural.
Tohogne siguió siendo la única parroquia del dominio, y la iglesia de San Martín fue reconstruida en esa época.
El benjamín se convirtió en el conde Enrique I de Durbuy, y falleció tras 1097.
El castillo de Durbuy, construido sobre un macizo rocoso rodeado por el río Ourthe, y la muralla de protección del castillo y el burgo que se desarrolló a su pie, responden a esa vocación defensiva.
En efecto, Durbuy se situaba entonces en la frontera norte del condado de Luxemburgo, y por tanto estaba expuesta a sufrir ataques extranjeros.