[1] Años más tarde, Giorgio Vasari escribió la biografía de este artista en Le vite de' più eccellenti pittori, scultori e architettori.
Durante su juventud ingresó en el taller de Ridolfo Ghirlandaio, un modesto maestro que transmitió a Puligo su espíritu conservador.
Según Vasari, en este tiempo fue invitado en varias ocasiones a que pintara cuadros en Hungría y en España, lo cual rehusó reiteradamente.
En esta etapa de su vida trabajaba bajo su supervisión y realizó algunas obras pictóricas para varios mecenas de Florencia, como el cuadro titulado Nuestra Señora para el señor Agnolo Della Stufa.
[5] De acuerdo a Vasari, «...si Domenico se hubiera dedicado más al arte y menos a los placeres mundanos, hubiera sido aún mejor pintor».