En su primer año en Roma consiguió promediar 18,1 puntos, lo que hizo que la prensa europea especializada lo eligiera como segundo mejor jugador europeo de la temporada, por detrás de su amigo Toni Kukoč.
Estas estadísticas fueron mejoradas en las dos siguientes temporadas, llegando a 20,2 y 21,5 puntos por partido respectivamente.
En Boston pasó 3 temporadas y media de forma exitosa, promediando 16,7 puntos y 8,4 rebotes, pero tras un traspaso fallido a los Sixers, tomó la decisión de regresar a Europa.
En 1997 fichó por el Panathinaikos BC de la Liga Griega, donde ganó dos campeonatos en las dos temporadas que disputó allí.
Acabó su carrera en su primer equipo, el KK Split, ganando la liga croata.