El diseño rápido se centra en una representación de aquellos aspectos del software que serán visibles para el cliente o el usuario final.
La interacción ocurre cuando el prototipo se ajusta para satisfacer las necesidades del cliente.
Esto permite que al mismo tiempo el desarrollador entienda mejor lo que se debe hacer y el cliente vea resultados a corto plazo.
A pesar de que tal vez surjan problemas, la construcción de prototipos puede ser un paradigma efectivo para la ingeniería del software.
La clave es definir las reglas del juego desde el principio; es decir, el cliente y el desarrollador se deben poner de acuerdo en: